En la
segunda entrada del blog hablamos de los espacios que puede tener un jardín.
Hoy vamos a añadir dos opciones, que además, representan retos motrices.
Los retos
motrices son otra forma más de invitar a los niños a pasar tiempo fuera en el
jardín y podemos ir cambiándolos cada cierto tiempo, dependiendo de la
motivación e interés de los niños. Los elementos o materiales que se utilicen
van a ser naturales o no estructurados.
Este rincón
del jardín en el que instalaremos los retos motrices se llamará “La zona del equilibrio”
Número 1, El balanceo.
Solo se
necesita una tabla larga y plana, y un tronco. Si es posible, que el tronco sea
circular y regular para que de más estabilidad al balancearse.
Número 2, El circuito.
Tan fácil
como coger rodajas de troncos para montar un circuito en el césped o en la
tierra, en el que los niños deban pasar de obstáculo en obstáculo sin caerse al
suelo.
Número 3, El puente.
¿Sabéis
esos cajones de frutas multiusos? Para nuestro puente podremos utilizar dos y
otra tabla plana para poner encima. De este modo, tendremos un puente para que
los pequeños pasen por encima y dejen volar su imaginación construyendo puentes
elevadizos o lo que prefieran.
Como veis,
crear espacios para el jardín que sean lúdicos y que ejerzan ese papel de
tercer educador no es complicado ni costoso. Se pueden utilizar materiales de
la naturaleza u otros que tenemos en casa.
¡Vamos dando
forma a este precioso espacio que es el jardín!
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