¡Hola de nuevo a todos!
En esta entrada hablaré sobre la importancia de los límites en la primera infancia, ya que son necesarios porque los niños no tienen desarrollada la percepción de la realidad y les aporta seguridad; por ello, en muchas situaciones no entenderán el porqué de esos límites y debéis explicárselas de manera clara, cercana y en positivo.
Tenéis que tener presente que el objetivo fundamental de la educación debe ser crear personas
maduras, responsables y autónomas. Pero para ello, en determinadas situaciones
deberéis decir “no” para poner unos límites claros y coherentes que
son muy necesarios en las primeras etapas de la educación.
Decir
“sí” es mucho más fácil y cómodo, pero decir "no" en determinadas
circunstancias ayuda a que los niños adquieran unas normas y consigan una
disciplina de cara a un futuro, dónde se deban responsabilizar de su comportamiento.
Tarde
o temprano los niños serán autónomos y se basarán en todo lo que vosotros les habéis
enseñado: valores, actitudes, educación…
Los niños aprenden muy rápido a decir “no”, en cambio a los padres les
suele costar decirlo por parecer demasiado rígidos, intolerantes, autoritarios,
entre otros adjetivos negativos. Simplemente debéis pensar que ellos no tienen
adquirida la percepción de la realidad y no son conscientes de lo que pueden o
no hacer y lo que está o no permitido.
Ahora seré más específica, durante los primeros
años el “no” va dirigido a protección, ya que a esas edades sienten una
gran curiosidad por todo y no ven el peligro. Por ejemplo: poner los dedos en
un enchufe, llevarse cosas a la boca, entre otros. Puede que durante esta etapa
tengáis la sensación de estar todo el rato negándole cosas, pero en muchas
ocasiones ya lo habéis dicho, simplemente ellos no tienen la capacidad de
retener todo lo que les decís.
Después de los 2 o 3 años, empiezan a saber lo que pueden o no hacer ya que poco
a poco van dominando el lenguaje. En este momento es muy importante explicarles
el porqué de las cosas. Por ejemplo: “No toques el fuego porque quema y te dolerá
mucho”.
Por supuesto que también debéis decir "sí", porque inspira, motiva, acompaña y da alas. Un sí en un momento dado transforma todo, hace que las cosas sean posibles, que lo que parece dudoso pueda ser una oportunidad, que confíen más en ellos mimos y en los otros también. Vuestra función es guiarle y acompañarle para que pueda desarrollar su capacidad, su potencial y su pasión.
Para que la negación sea mucho más instructiva, se puede hacer en positivo. En el siguiente enlace hay 10 frases que se pueden utilizar para evitar decir "no" a vuestros hijos siguiendo la filosofía de Montessori.
http://www.pequefelicidad.com/2016/08/10-frases-que-usamos-para-evitar-decir.html
¿Qué puedo dejarle hacer y qué no? Esta es una de las preguntas que más se
hacen los padres. Simplemente debéis ser coherentes y mantener una decisión con
los razonamientos necesarios.
Dos posibles razones por las que los padres dicen “no” sin argumentar suele
ser porque les influye negativamente su estado de humor o por sobreprotección.
A continuación, os dejo unos enlaces que hablan de técnicas para no descargar
el mal humos contra los niños.
Algo que puede suceder, es que los padres se pueden equivocar, ya que todos
somos personas y cometemos errores. Pero si eso ocurre, debemos pedir disculpas
a los niños. Los padres son un ejemplo a seguir y si los niños ven que reconocéis
los errores ellos os imitaran.
Para concluir, os dejo unos consejos prácticos de la Psicóloga clínica
Lourdes Mantilla Fernández, que nos explica: cómo, cuándo, dónde decir “no” a
los niños.
Me parecen muy interesantes tus entradas, tanto para padres como para docentes.
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